lunes, 9 de noviembre de 2020

ATENCIÓN: SE BUSCA EMPRENDEDOR

Dijimos anteriormente que se puede ser emprendedor en todos los ámbitos de la vida: no solo consiste en la creación de una empresa, también puede consistir en cambiar el lugar de residencia, cambiar el modo de  vida, cambiar la forma en que uno mismo afronta los problemas, y por supuesto incluimos aquí que podemos ser emprendedores en nuestros puestos de trabajo. 

Esto último no es tan fácil, porque evidentemente estamos supeditados a una política de empresa o a un estilo característico de nuestros jefes que no cambiarán fácilmente ante nuestro intento de emprender, pero dependerá de cómo le presentemos nuestra idea.

Las malas empresas ofrecen malos empleos y tienen mal futuro. Se basan en la obediencia y en que los empleados trabajen mucho y cobren poco. En este panorama no será posible desarrollar una actitud emprendedora: yo conozco eso de "no te pago para que pienses" o "trabaja más y fabula menos" o "el empresario soy yo, y el que arriesga soy yo, y si no te gusta ya sabes lo que tienes que hacer".

Las buenas empresas, con buena proyección: buscan emprendedores. Son los intra-emprendedores, emprendedores proactivos dentro de la empresa. Su contribución no solo ayuda a mantener el estatus de la empresa actual, también ayuda a aumentar su proyección social, a cambiar procedimientos que mejoren el rendimiento de la producción a la vez que resultan más saludables para quienes los ejecutan, a mejorar las relaciones con los clientes de la empresa o con los proveedores incluso.

¿Cuántas veces una empresa se ha dado cuenta de que necesita "un soplo de aire freso" pero no encuentra la forma? La mayoría de las veces recurre a un asesoramiento externo, pero es muy posible que ese asesor externo se dedique a entrevistar a los trabajadores de dicha empresa para averiguar qué puede mejorarse y cómo. Pero seguramente la empresa valore más que un trabajador sugiera cambios que favorezcan el rendimiento o el ambiente empresarial.


Si eres emprendedor dependes de la suerte, en cierto grado. La clave está en reducir su influencia. Echamos la culpa a la suerte cuando las cosas nos van mal, o la usamos como manifestación de la envidia cuando las cosa le van bien a otro. Como emprendedores no estamos exentos de la suerte: es casi imposible controlar todos los aspectos que afectan al buen funcionamiento de una empresa. Sin embargo, un buen trabajo previo que vaya acotando las variables de las que depende nuestra idea de negocio sí se puede controlar.

Ese trabajo previo es lo que hace diferencia entre emprendedores y no emprendedores.

                                            ES CUESTIÓN DE ACTITUD

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DIVERGENTE Y CONVERGENTE

Hasta aquí hemos empatizado con el cliente, hemos definido un problema que creemos que tiene el cliente tras entrar en contacto con él, hemo...